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En 2024 viví cuatro meses en Granada, fue una experiencia sensacional con la arquitectura, especialmente las tardes que pasé deambulando por el Sacromonte. Buscaba el vacío, retirarme de la influencia de las urbes y así encontrar un estado atemporal.

Creo que inconscientemente busqué en el exterior un reflejo de lo interior, llevo años soltando hábitos y creencias, dejando atrás parte de vida ya vivida, asimilada, y así poder emprender un nuevo camino, ligero y presente.

En ese tiempo leí «El poder del ahora» de Eckhart Tolle, este libro me enseñó muchísimo, entender el ruido mental y la influencia del pasado en mi presente fue clave para liberarme de apegos ya caducos.

Pinté un mural en el centro de Granada, Lucid Dream (Invisible Window), que anticipa mi futuro en los muros, un diseño minimalista y profundo que desconcertó a los vecinos y viandantes acostumbrados con la tradición figurativa de la  pintura granadina.

Durante los cuatro meses en Granada no pinté ningún cuadro, me dediqué a deambular por la ciudad, leer y dibujar. Fue la primera vez que me tomé el dibujo en serio, hasta entonces había dibujado en modo esbozo para mural, que no es lo mismo. Había empezado a dibujar en mi estancia en Roma en el 2023.

Bawie (Black And White Is Enough), es una serie de sesenta dibujos que retratan esta época, la despedida del Erb pasado y el estado amorfo flotante que asumí como trámite indispensable para alcanzar un ahora nuevo y libre de apegos.

Ambiciono con la sencillez en mi encuentro con el Zen, el bien estar del amor propio y la ausencia de responsabilidad, productividad y aprobación, cuando te libras de estas tres áncoras la vida cambia y ya no depende de afirmaciones ni razones, es apenas estar sin pertenecer.

Creo que Bawie es la antesala de donde estoy ahora, una obra clave en mi recorrido artístico. Necesité un poco de tiempo para entender que pasó en Granada, un momento místico.