English

Encolar pósters y adhesivos por la calle fue mi introducción en el arte urbano. Cuando empecé, no tenía conciencia de que estaba siendo pionero del Paste Up en Barcelona, a finales de los noventa. 

Me gustaba la fotografía e, influenciado por la estética blanco y negro saturado de las portadas de bandas inglesa de hardcore como Discharge y Crass (entre otras), empecé a experimentar con carretes de infrarrojo y fotocopiadoras antiguas.

Fue entonces cuando me di cuenta de que lo que realmente me interesaba era “pintar con la cámara”, una especie de Photoshop analógico.

Después de varios experimentos logré algo: las imágenes que creaba tenían un gran impacto visual, el tipo de foto que no necesita mucho tiempo de análisis. Al igual que una canción de Discharge, el mensaje se transmitía de manera directa y cruda. Siguiendo las influencias de Crass y toda la militancia de Gee Vauchen en sus procesos artísticos de guerrilla urbana, entendí que el fin de mis obras era la calle y no las galerías, empecé a encolar mis fotos por las calles de Barcelona.

La obra funcionó muy bien y tuvo repercusión inmediata. Todo este proceso hizo que me enamorara de crear arte en el espacio público. Pronto sucumbí a los sprays y empecé a desarrollar un estilo propio en los muros y persianas.

En 2012 volví a utilizar esta técnica a través del logo art. El diseño que apliqué fue mi avatar durante muchos años. Reconozco que estuvo muy influenciado por el logo de la banda americana de hardcore Black Flag, creado por el artista visual Raymond Pettibon. Aunque aparentemente son muy distintos, la esencia es la misma. La estética de las bandas hardcore de los 80 ha sido una referencia enorme en mi educación artística; con el tiempo vi cómo se asomaba en mi obra.

Fue divertido pintar murales y encolar pósters por las calles de distintas ciudades. El diseño es un homenaje al nomadismo; tuvo mucho impacto, pues era ilegible y extraño. Los transeúntes no lograban identificar el propósito de la imagen, y esto creaba dudas. Recuerdo que en Bilbao surgieron distintas teorías sobre su significado, y en Barcelona me encontré con gente que pensada que mis pósters y murales eran de dos artistas distintos.

En las dos etapas que utilicé esta técnica opté por el blanco y negro: tenía un efecto más inmediato en la calle y, a la vez, era más barato de producir. El Paste Up es difícil de costear; un mural te lo pagan, pero el póster o adhesivo es un arte particular. Hoy en día hay todo un circuito de artistas que inundan las ciudades con sus grafismos, pero sigue siendo minoritario y poco comercial. 

Con el tiempo apliqué el logo al streetwear, en camisetas, sudaderas y gorras. Realmente me gustó mucho hacerlo, pues la ropa callejera siempre me influenció. A parte el hardcore americano, el mundo del skate tuvo un gran impacto en mi vida, y ver mis diseños en prendas urbanas fue realmente interesante.

En 2015/16 tuve como sponsor a la marca de cervezas Heineken, que me costeó murales, producción textil y una gira de eventos donde se presentaba toda mi producción artística. A través de la aportación de la cervecera produje centenares de prendas que, en vez de vender, escondía por las calles. En mis redes sociales creé una gincana para que la gente las encontrara. Esto hizo que cada camiseta, sudadera, gorra o print se convirtiera en una edición limitada y, que conseguir una de ellas fuera una experiencia divertida.

Ambas experiencias me encantaron. De alguna manera fueron una forma de reconectar con culturas de mi adolescencia y, por otra parte, me introdujeron al street art. Cada proceso de creación estuvo envuelto en centenares de aventuras nocturnas. Me divertí mucho y creo que aporté al arte en el espacio público. 

Aunque sigo viendo atractivo y genuino el paste up y el street art, entiendo que soy un artista más introspectivo y esquivo hacia el entorno. Logré catalogar en el tiempo mis influencias para poder avanzar hacia nuevas etapas: ser yo mismo, pero no ser siempre el mismo.

Hoy en día me daría pereza volver a las largas noches de acción, pero amo tener este capítulo en mi vida.